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domingo, 16 de septiembre de 2012

Mensaje de Diciembre 1º de 2011


Arcángel Gabriel canalizado por Marlene Swetlishoff

Traducción: Jairo Rodriguez R.
Publica: fuente-divina.blogspot.com


Amados:
Me gustaría hacer un discurso sobre la cualidad del Amor conocida como consciencia. Esta cualidad manifiesta el poder y la voluntad de invocar hacia el ser los atributos superiores de lo Divino, para que entren en juego en vuestro interior, en el mundo que os rodea; y tiene gran alcance hacia el Omniverso para afectar a toda la Creación. Tener consciencia significa caminar con el conocimiento de que Uno es más que un cuerpo físico, que Uno es un Ser de Majestad Divina; y como tal es, en cada una de las acciones, un verdadero emisario de la Luz de Dios.
Esta Luz es el resultado de muchas vidas en éste y en otros planetas por todo el infinito; y de los esfuerzos y disciplina que has manifestado y mostrado, que reflejan la pureza, belleza, honestidad e integridad de tu Ser total. Estar en consciencia superior significa estar en la totalidad de perfección del Ser como en el momento de tu Creación. A lo largo de las edades han venido muchos que tenían una mayor consciencia del Plan Divino de Dios; y con esta consciencia fueron capaces de, o lo intentaron, elevar el conocimiento de la consciencia de la Humanidad en esta Tierra por medio de sus valerosas y amorosas palabras, pensamientos, intenciones y hechos, en un esfuerzo por ayudar a todos en este Planeta a regresar a un orden superior de vida donde prevalezcan todas las cualidades del Amor.
Ahora esta consciencia se está manifestando con mayor intensidad en las mentes y corazones de todos los que viven en este Planeta; y están ocurriendo muchos cambios por causa de ello. Es esta consciencia, que es Amor en acción. Esta cualidad del Amor implica tomar total responsabilidad por la energía que portas y emites desde la radiancia de tu Ser; y dándote cuenta de que de hecho eres una parte única del Creador; y en esta singularidad, traes tus propios dones y talentos especiales para abrir más la consciencia de toda la vida sobre la Tierra. Esta cualidad del Amor requiere valor y honestidad con vosotros mismos y con otros, para ver a través de las ilusiones que os han mantenido atrapados en la limitación; y para entender que tenéis el poder de crear cambios en vuestro interior para llegar a tener mayor consciencia.
Cuando está presente esta cualidad del Amor, Uno ve por los Ojos de lo Divino; y desea ser una bendición más grande para quienes lo rodean; y sin duda para toda la vida que lo rodea. A medida que esta cualidad del Amor se desarrolla hasta niveles aún mayores, uno entiende que hay un vasto Orden Divino en todo lo que sucede en la vida de Uno, en la vida de quienes lo rodean; y en el orden del Universo en el cual se mueve vuestro Planeta. Todo se mueve de acuerdo con la Ley Universal y tiene un alcance mayor de lo que pueda ser entendido por el presente nivel de consciencia de la Humanidad, pero esta cualidad está cambiando con un rápido ritmo, porque esta cualidad del Amor llamada consciencia se está incrementando en concierto con un Plan Mayor que va más allá de la actual comprensión Humana.
Entonces incumbe a cada persona del Planeta desarrollar sus cualidades de Amor hacia una consciencia cada vez más grande de servicio a lo Divino, porque cuando Uno se da cuenta de que es parte de una Consciencia Mayor, hay un gran deseo de ayudar a llevar esa consciencia a su uso pleno por todos y por todo lo que nos rodea. También, cuando Uno se esfuerza continuamente por elevar la propia consciencia, esto automáticamente eleva la consciencia de todo y de todos sobre, dentro y alrededor de la Tierra; y de esta manera, cada persona, intentando y haciendo el esfuerzo para elevar su propia consciencia, facilita la elevación de la consciencia de todos en la Tierra. Todo es Uno y está conectado por medio de campos energéticos.
Ahora os dejo para que reflexionéis en estas palabras, con el deseo de elevar vuestra consciencia a un nivel mayor de Amor.
YO SOY el Arcángel Gabriel.

Tradujo: Jairo Rodríguez R.

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