Artículo
por James Tyberonn
Agosto 19 de 2011
Era un día auspicioso cuando llegamos a la ciudad de Nueva York
para traer el mensaje y la sabiduría de Metatrón al grupo de las Naciones
Unidas. En poco más de una semana estaríamos en Bretaña; y Nueva York sería
sacudida por un raro terremoto y barrida por los vientos de un huracán. Pero
Agosto 19 era un magnífico día de verano, resplandeciente con el cielo azul y
los rayos dorados del Sol.
El personal de la ONU nos había interrogado con detalles de
seguridad y protocolo de entrada. Estábamos listos.
Ésta no era nuestra manera estándar de presentar a Metatrón; y las
energías únicas del honor y del evento nos colmaron de expectativa.
Nos habían dado permiso para traer unos pocos invitados; y eran
Linda Roebuck, Angie Carter, Lilia Phelps, Vikki Lazaro, Mary Adele, Barbara
Longue, Rebecca Sellers, Sue Anne Armstrong y Sibtain Rahim.
Nos habíamos encontrado fuera del conjunto de la ONU y fuimos
saludados graciosamente por el personal de la Sociedad para la Iluminación y la
Transformación de la ONU (Society for Enlightenment and Transformation -
S.E.A.T); que nos ofreció un asombroso arreglo de flores. Luego fuimos
escoltados a través de los dispositivos de seguridad, donde fue necesario que
pasáramos por detectores de metales bajo la escrutadora mirada de oficiales de
seguridad de las Naciones Unidas.
Anne y Yo estábamos nerviosos y abrumados con el honor de esta
invitación; y sorprendidos por la manera como Metatrón de alguna manera había
orquestado una oportunidad tan maravillosa como ésta. Anne y Yo hicimos una
pausa y entendimos que estábamos representando a los Guardianes de la Tierra de
todo el globo en un ámbito que quizá fuera el único que haya hecho posible que
los gobiernos conversen sobre cosas tales como la iluminación espiritual y la
física cuántica de la multidimensionalidad. Y Metatrón tiene que ver con la
ciencia del Espíritu, la física de la metafísica.
El momento era muy significativo para ambos. Había sido un viaje
largo y no siempre fácil. Aún cuando recientemente me había retirado, en 2009,
de 33 años de ejercicio profesional como ingeniero-geólogo, la metafísica
siempre ha sido mi pasión; y la había estudiado intensamente durante 35 años.
Comencé a canalizar a Metatrón en 2007; y Él había predicho este día; y su
manifestación tenía un enorme efecto en nosotros dos.
Pasamos por los salones del Consejo de Seguridad y por el popular
y amplio salón de reuniones de la Asamblea General.
Programados para comenzar precisamente a la 1:15, teníamos que
terminar en 90 minutos. Era una agenda rígida, con mucho por cubrir en un corto
período de tiempo. Las enseñanzas de Metatrón fueron presentadas; y cuando se
aproximaba el momento del final de nuestra canalización, nuestra asignación de
tiempo fue ampliada. Permanecimos por 3 horas y terminamos la canalización. Nos
dijeron que ésta era la sesión más larga que el S.E.A.T hubiera autorizado. Por
pura casualidad, la reunión programada para celebrarse enseguida de los 90
minutos en nuestra sala de conferencias, había sido reprogramada; pero de todas
maneras no hay accidentes... ¡Solamente Guiños Cósmicos!
Ambos estábamos sintiendo la poderosa y bella presencia del
séquito Metatrónico, del Espíritu, de una manera que no habíamos experimentado
antes. Estaba sucediendo algo muy profundo; y se sentía bien.
De muchas maneras ésta era la "confirmación" de la que
Metatrón nos había hablado tantas veces.
De alguna manera, este día en la ONU me ayudó a obtener mayor comprensión
de la aceptación global de lo que hacemos; y estoy abrumado y profundamente
agradecido por eso.
Cuando terminamos la reunión, varias personas de Rusia y Ucrania
se aproximaron y me pidieron autografiar sus libros. Me sorprendió ver por
primera vez ejemplares de uno de los libros de Metatrón en Ruso. Había sido
publicado en Ucrania el año anterior; y aparentemente era responsable de
inflamar el interés; y de detonar la invitación del Guardián de la Tierra y de
Metatrón a la ONU, como nos habían dicho. Fuimos invitados a Rusia para ofrecer
en vivo enseñanzas en Moscú.
Con Humildad, Gratitud y Amor,
James Tyberonn.
Tradujo:
Jairo Rodríguez R.
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