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domingo, 3 de julio de 2011

La reencarnación con respecto a los animales y los humanos



Recibido de: Jairo Rodriguez R. 
Publica: fuente-divina.blogspot.com


El invitado pregunta con relación a la reencarnación: ¿Los animales siguen siendo siempre animales y los seres humanos siguen siendo siempre seres humanos?

Abraham responde: Bueno, la cosa que está un poco fuera de sincronización en esta pregunta, es que supone que hay un grupo de carne física y un grupo de energía no física y que los dos son, de alguna manera, asignados el uno al otro.  Cuando lo que en realidad sucede es que hay este desarrollo humano o este desarrollo físico, ya sea humano o animal, y hay un flujo de conciencia que fluye hacia ello. Así que para realmente responder esto de una manera que puedas escuchar, te diremos que el flujo de conciencia que está dentro de ti, tu alma o tu ser interior, puede estar simultáneamente en tu pareja [o alguien más]; es por eso que podría llamarse un 'alma gemela', o en un hijo es por eso que podría llamarse una 'relación especial' entre padre e hijo, o en tu perro es por eso que podrías llamarlo un 'amigo especial'. 

Dicho de otro modo, es una parte de tu conciencia. Sabemos que esto es inquietante para muchos seres humanos, de modo que nos dirán '¿Quieres decir que la energía que hay en mi es la misma energía que hay en mi perro?' y decimos que es el mismo flujo de conciencia con diferentes intenciones.

En realidad todos somos hermanos, es decir, todos somos parte de esta poderosa energía, esta energía pura [sin contradicciones] y positiva. Sus mayores enemigos son sus aliados más cercanos, esas personas con las que a menudo ustedes luchan, son la contraparte de su alma vibratoria, es por eso que les duele tanto cuando tiran sus bombas sobre ellos.  En otras palabras, es una experiencia dolorosa empujar contra aquellos que en realidad son ustedes mismos.
(c) Abraham-Hicks Publicationshttp://www.abraham-hicks.com
Extraído de un taller el 11 de junio de 1999 ("G 6.11.99")
Traducción: Pilar del mar - 


El perro de Seth
Robert Butts: Hace muchas sesiones, Seth nos dijo que todavía había un fragmento de su personalidad encarnado como un perro aquí en la Tierra, aunque no quiso decimos dónde estaba.

[Pregunta] número veinticinco: ¿Tienes todavía algún fragmento físico de algún tipo aquí en la Tierra?

Seth: Ahora ya no. Mi perro se ha ido.

Robert Butts: Número veintiséis: ¿Son los animales fragmentos de los seres humanos?

Seth: (Sonrisa.) Esa es una buena pregunta, y será mejor que me deis un momento para explicarla con claridad.

(22.30.) En cierto modo, vosotros sois fragmentos de vuestras entidades. Vosotros os consideráis a vosotros mismos bastante independientes y no seres escindidos de segunda mano; así que los perros y demás animales son algo más que una simple manifestación de energía psíquica extraviada por los seres humanos.

Los animales tienen distintos grados de autoconciencia, como también sucede con las personas. Sin embargo, la conciencia que está en su interior es tan válida y eterna como la vuestra. No hay nada que impida que una personalidad invierta una parte de su energía en una forma animal. Esto no es la transmigración de las almas, no significa que un hombre pueda reencarnarse en un perro.  Significa que las personalidades pueden enviar una parte de su energía a distintas clases de forma.

(22.35.) Un individuo dado, por ejemplo, a lo mejor ha terminado ya con sus reencarnaciones, pero todavía persiste en su interior cierto anhelo por la tierra natural en la que ha estado viviendo tan a menudo. Así que podría proyectar un fragmento de su conciencia a una forma animal. Cuando se hace esto, la forma experimenta la tierra a su manera natural. Por tanto, un hombre no es un animal, ni invade, digamos, el cuerpo de uno de ellos. Lo que sucede es que añade una parte de su energía a aquella presente en el animal y mezcla su vitalidad con la propia del animal. No obstante, esto no quiere decir que todos los animales sean fragmentos de esta manera. Los animales, como sabe cualquier propietario de un animal doméstico, tienen su personalidad y características propias, y distintas maneras individuales de percibir la realidad disponible para ellos. Algunos viven ávidamente esta experiencia. Ellos pueden acelerar su conciencia de manera inconmensurable mediante el contacto con un humano amable, y desarrollar enormemente su compromiso emocional con la vida.

Los mecanismos de la conciencia son siempre los mismos. No cambian para los animales o los hombres. Por lo tanto, no hay límites impuestos para el desarrollo de cualquier conciencia individual, o para el crecimiento de una identidad. Esté o no en un cuerpo, la conciencia encuentra su propio alcance, su propio nivel.

Así pues, un perro no está limitado a ser un perro en otras existencias. Es necesario, repito, cierto nivel de conciencia, cierto tipo de conocimiento y cierta comprensión de la organización de la energía para que una identidad pueda manipular el complicado organismo físico.

(22.45.) Como sabéis, la conciencia tiene una gran tendencia a mantener la individualidad, y, sin embargo, también tiende a juntarse formando una Gestalt. Después de su muerte, la conciencia de un animal puede formar una Gestalt con otras conciencias, en la que se comparten capacidades de tal modo que la cooperación combinada hace posible un cambio de especies, por ejemplo.

Aun así, en estos y otros casos la individualidad innata no se pierde sino que permanece indeleblemente impresa. 

La conciencia debe cambiar por propia naturaleza, y por tanto las identidades deben cambiar también, no porque una borre a la otra, sino por un desarrollo progresivo donde cada paso sucesivo se mantenga y no se descarte, ¿comprendéis?

En este tipo de interrelación, los pasos y las identidades se enriquecen inmensurablemente por la suma de la percepción de los otros. Como he mencionado anteriormente, los pensamientos contienen su propia realidad electromagnética y tienen su propia forma, la percibáis o no. Así pues, con cada pensamiento vosotros enviáis fuera de vosotros formas e imágenes que pueden ser realidades bastante legítimas para aquellos que estén dentro del sistema de realidad al que son propulsadas.

De igual manera, las personalidades de otros sistemas pueden enviar energía a los vuestros. Como tales acontecimientos no se originan en vuestro sistema, vosotros no comprendéis su importancia
Seth-Jane RobertsExtraído de su libro en español:
Habla Seth 2 - La Eterna Validez del Alma
Sesión 581, 14 de abril de 1971
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