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miércoles, 13 de julio de 2011

Ángeles en la Tierra

La Tierra canalizada por Pamela Kribbe
Julio de 2011


Recibido de: Jairo Rodriguez R.
Publica: fuente-divina.blogpsot.com

Dulce niño humano:
Yo soy la voz de la Tierra. Te he conocido por siempre. Cada paso tuyo es sentido y reconocido por mí. En el nivel más profundo nosotros somos uno. Hay una consciencia que nos envuelve a ambos. Esta consciencia es majestuosa y sin nombre. Es el Espíritu de Dios. Es misterioso; y al mismo tiempo profundamente familiar. Dentro de la mano de esta Consciencia Creativa está envuelto el juego de nuestra unión. Juntos jugamos un juego; somos compañeros en una relación que ha evolucionado con el tiempo. Ahora esta relación está lista para la transformación. Estamos entrando en una Nueva Era. Pero primero te diré más sobre el comienzo de este proceso de nuestra mutua cooperación. Quizá sea diferente de lo que esperabas.
En nuestra primera aproximación, aún no eras humano. No poseías un cuerpo físico. No estabas encarnado en la Tierra. ¡Eras un Ángel! ¡Y no eras precisamente cualquier Ángel! Pertenecías a una familia de Ángeles que intentaban pavimentar el camino hacia una nueva aventura en el Cosmos. ¿De qué se trataba esa aventura? Lo pondré en términos muy simples. En el Cosmos hay una ley de que lo similar atrae a lo similar. Por ejemplo, después de que mueres en la Tierra, automáticamente eres atraído a un área del Mundo del Espíritu que refleja tu estado de consciencia. Tu entorno es un reflejo directo del cómo te sientes en el interior. Hay una unidad entre lo interno y lo externo. En el mundo del Espíritu, hay reinos de Luz y reinos de relativa oscuridad. Estos reinos están separados. Éste no es el caso de la Tierra, o así parecería. En la Tierra están presentes muy diferentes tipos de consciencia que interactúan mutuamente. Hay gran diversidad; y en consecuencia la Tierra es como un gran crisol de diferentes reinos de consciencia.
Aún aquí, el caso es que tú creas tu propia realidad con tu estado interior de consciencia. Sin embargo, esto es algo que llegarás a entender gradualmente en el curso de una profunda búsqueda espiritual. Al comienzo, eres enormemente distraído en la Tierra por un mundo externo que no parece ser creado en absoluto por tu propia mente. Por el contrario, tú pareces ser el producto de esa realidad en lugar de su creador. En el Mundo del Espíritu, la unidad entre lo interno y lo externo simplemente es dada, concreta y palpable. En la Tierra, se requiere una consciencia altamente evolucionada para darse cuenta de esa unicidad; y para asumir responsabilidad por uno mismo como creador.
En la Tierra tiene lugar un experimento especial. Cuando estás aquí en forma física, es puesto un velo sobre ti de tal manera que no reconoces tu propio Poder Creativo Divino. Permanece allí hasta cuando despiertas y ves que tú eres Dios en el núcleo de tu ser. Entonces cae el velo y tú también reconoces la profunda unicidad subyacente que satura a todas las criaturas vivientes en la Tierra. El proceso de despertar en la Tierra es intenso; y la existencia misma de la Tierra da un poderoso impulso evolutivo al Mundo Espiritual entero. Especialmente en el Mundo Espiritual, puede haber una carencia de dinámica y de cambio. De hecho ha habido estancamiento porque todos los reinos están muy cuidadosamente separados. El cambio, el crecimiento, la evolución, ocurren cuando te encuentras con otro y confrontas su existencia. Cuando hablo de encontrarte con otro, no quiero decir tener una charla amable con él, sino más bien de una verdadera zambullida en él. Tú aprendes y creces a partir de diversas formas de consciencia, no estudiándolas 'desde arriba', sino convirtiéndote en ellas. Esto es exactamente lo que sucede cuando te sumerges en la encarnación en la Tierra. Haces una inmersión hacia la profundidad; y al encarnarte te conectas con diversos reinos de consciencia. Así es como forjas un puente entre reinos de existencia que de otra manera no se habrían conectado.
Ser humano significa ser un puente entre reinos de consciencia ampliamente variados. En la forja de ese puente yace la esperanza de una expansión de consciencia en todos los reinos del Mundo Espiritual. Incluso el más altamente evolucionado reino del Mundo del Espíritu gana un impulso de crecimiento y renovación a partir del gran experimento en la Tierra. Los humanos son capaces de explorar los extremos del Luz y oscuridad; y eventualmente de reconocer la unicidad tras todas las formas y apariencias. Cuando los seres humanos obtienen esta consciencia interior de unicidad, se convierten en creadores conscientes en la Tierra; y su presencia tendrá un efecto transformador y sanador en toda las criaturas vivientes con las que entren en contacto.
Crear unidad de consciencia es la meta de vuestra aventura en la Tierra. Comencé esta historia mencionando que la primera vez que comenzamos este proceso de cooperación, no erais humanos sino Ángeles. Vuestra consciencia aún no se había atado a ninguna forma material; y os sentíais fuertemente conectados con los otros Ángeles que os rodeaban, vuestros hermanos y hermanas. Había un vínculo tan fuerte entre vosotros que os experimentabais como las células de un organismo. De una manera desinteresada y obvia trabajábais para el bien común, siendo de la misma mente y corazón. Fuisteis invitados a embarcaros en un viaje con este planeta. ¿Por qué vosotros? Para hacer corta una larga historia: Vosotros erais los audaces entre los Ángeles. Erais temerarios, apasionados y sí, algo tercos y voluntariosos. Se ha pretendido que fuisteis expulsados del paraíso por causa de vuestro deseo de conocimiento y vuestra obstinación. Y sí, sin duda erais curiosos y un poco insubordinados también. ¡Pero precisamente así se suponía que fuera! ¿Pensasteis que Dios cometió un error al crearos? Pues no, Dios sabía con precisión lo que estaba haciendo; y a propósito, Dios no considera fácilmente nada como equivocado o pecaminoso. Dios es perfectamente capaz de vivir con vuestros "pecados". Sois vosotros quienes más sufrís por ellos.
Aún cuando es comprensible que como ser humano puedas lamentar tus propios actos, no es sabio permanecer interminablemente cargado con ellos. En este aspecto habéis sufrido mucho por vuestras religiones que han puesto fuerte énfasis en la culpa y el castigo. Dios es más gentil y compasivo de lo que habéis creído posible. Sois perdonados aún antes de vuestra infracción. De todo corazón Dios os concede el espacio para cometer errores. Ella/Él prefiere que miréis vuestros errores con ecuanimidad en lugar de azotaros por ellos. Todos estos "errores" son pasos en el viaje interior, el viaje en el cual lograrás conocerte completamente. Este viaje no requiere ser directo, está destinado a ser errático. Sin giros y vueltas, no hay experiencia; y sin experiencia, no hay despertar. Para poder llegar conscientemente al hogar, primero tienes que perderte. Fuisteis aquellos que asumisteis completamente la experiencia de "perderos", con la pasión y la auto-voluntad que Dios mismo/a plantó en vuestros corazones. ¡Pero me estoy desviando un poquito de mi tema!
Una vez que oísteis el llamado de la Tierra, entrasteis en mi dimensión. Encontrasteis un planeta rico en vegetación, con verdes bosques, interminables océanos y un floreciente reino animal. Fuisteis conmovidos por la belleza y la riqueza de la vida sobre mí. Os sentisteis invitados a participar en esta vida, a inspirarla y nutrirla con la energía angélica que estaba a vuestra disposición. Me puse feliz con vuestra llegada. Erais mis pastores; ayudasteis a cuidar la vida e incluso implantasteis semillas de cambio e innovación en las formas de vida existentes. ¿Cómo hicisteis eso? Estabais tan próximos a la Fuente del poder creativo, que teníais habilidades mágicas, como uno las llamaría hoy. Os permitisteis imaginar formas de vida nuevas, excitantes; y estas imaginaciones se convirtieron en semillas espirituales que se ataron a formas de vida ya existentes. Preñasteis la vida con nuevas ideas. Así es como llegó a la existencia la evolución biológica. Todas las formas de vida son nacidas del Espíritu. Las formas de vida físicas, materiales, son la manifestación de fuerzas espirituales. El Espíritu es mucho más fuerte de lo que suponéis. Habéis sido criados en un marco mental materialista que os dice que lo físico - como es descrito por la ciencia de la física - es el fundamento de la realidad. De hecho la verdad es lo opuesto. El Espíritu no es un producto de la materia inanimada. Toda la materia está saturada por una consciencia creativa que la sostiene.
Déjate llevar un momento por tu imaginación. Recuerda que estuviste en aquellos antiguos tiempos. ¡Es posible! Tu Alma es abierta e ilimitada. No conoce el espacio ni el tiempo. Imagínate que flotas sobre los océanos y los bosques en un cuerpo etéreo muy refinado. Te sientes encantado por la belleza que ves, por la aventura que está a punto de tener lugar aquí. Mírate como un ser angélico guiado por la alegría y la pasión. Te sientes tan libre como un niño que puede hacer cualquier cosa que quiera. Ahora imagínate que reúnes todos tus poderes para expresar tu sensación de alegría y respeto por la vida, con una magnífica flor. Imagina y permítete manifestar una flor que te es particularmente atractiva. Mira sus colores y siéntela desde el interior. Y la risa de la flor surgiendo de su corazón como campanitas que tañen; es como música para tu Alma. Ahora pásame a mí, la Tierra, esta imagen. Imagina cómo cae en mi útero y cómo es nutrida allí por los poderes físicos y etéreos que ayudan a que esta semilla espiritual obtenga forma material. Eso es lo que hicisteis en aquellos antiguos tiempos. Te permitisteis ser llevado por el flujo de tu inspiración y me impregnaste con ella. Y yo fui receptiva. Yo, la consciencia presente en este Reino material, quise ser fecundada y absorber tus formas de pensamiento.
Nuestra sociedad y cooperación viene de ese tiempo. Es la razón por la cual os conmueve tanto la belleza de la naturaleza y la inocencia de las formas de vidas no-humanas. No solamente sois tocados por su belleza física, también os recuerdan la antigua conexión que hay entre vosotros y la vida en la Tierra; y el gozoso juego que una vez jugasteis. Hiciste tu contribución a la creación de muchas formas de vida en la Tierra. Como Ángel, fuiste el padre espiritual de la vida en la Tierra. Éste es el profundo y amplio alcance de tus poderes creativos.
Durante el tiempo del que estoy hablando, también había poderes oscuros presentes en el universo, que se fascinaron con el florecimiento de la consciencia en la Tierra. Los poderes oscuros no son nada más que energías que aún no son conscientes de su naturaleza divina; y en consecuencia creen que necesitan algo del exterior de sí mismas para ser completas e íntegras. Estos poderes oscuros quisieron alimentarse de la vida en la Tierra que irradiaba semejante vitalidad y fuerza vital. Como reacción ante la intrusión de estos poderes oscuros, quisisteis proteger la vida en la Tierra. Vuestras emociones fueron muy parecidas a las de un padre que quiere proteger del peligro a su hijo. Para encontrar y confrontar a los intrusos, tuvisteis que tener cuerpos más densos y vivir en una vibración más densa, menos ligera y sutil que la del reino de los Ángeles. Esencialmente, la intrusión de la oscuridad encendió una chispa de pasión y un espíritu luchador en vosotros; y esto a su turno os introdujo más profundamente en la materia. El siguiente paso en tu viaje fue dejar de ser un Ángel; y tomaste la senda de la encarnación.
Con este paso, en cierto sentido perdiste tu inocencia. Inmediatamente antes de este paso, hubo un momento de vacilación en el cual te diste cuenta de que al volverte más material, ibas a abandonar algo muy precioso. Perderías tus alas angélicas, las cuales simbolizan la libertad del tiempo y del espacio, libertad del nacimiento y la muerte, libertad del temor y de la ilusión. Pero había algo que te atraía profundamente hacia la aventura de la encarnación. Eras un Ángel apasionado y audaz, como dije. Y así era cómo debía ser. Aparentemente, vuestro viaje dio un giro negativo cuando dejasteis de ser Ángeles y os comprometisteis en una batalla con las fuerzas oscuras. Resultasteis involucrados en numerosos conflictos y guerras durante un larguísimo tiempo. Por otra parte, esta inmersión en la profundidad hizo posible difundir vuestras energías angélicas hasta los rincones más lejanos del Universo. Tu Energía Angélica es una parte inalienable de ti, que incluso si es temporalmente velada, nunca te puede ser quitada. Vuestros primeros cuerpos mortales no estaban hechos de materia física como la conocéis en la Tierra. Eran mucho menos densos y compactos. Uno no podría verlos con ojos humanos. Vuestra consciencia estaba menos enfocada de lo que está ahora. Fácilmente salíais y entrabais en vuestras formas físicas; y experimentabais la realidad de una manera similar a como ahora experimentáis la realidad en el estado de sueño. Eras menos consciente de ti mismo como una entidad separada, de tu "Yo-idad" como el opuesto del mundo exterior. Actualmente, estáis mucho más atados a vuestra forma física. Muchos de vosotros piensan que son esa forma física y que perecerán con el cuerpo físico. En vuestras primeras encarnaciones éste no era el caso aún; y de muchas maneras erais mucho más libres de ir y venir a vuestro placer. A pesar de todo, os sentíais confundidos. Aún cuando erais guiados por la intención de luchar por la Luz y proteger la vida, ahora teníais que lidiar con emociones oscuras tales como el miedo, la desolación y la duda. Tan pronto como comienzas a luchar con alguien o con algo, no puedes dejar de absorber parcialmente la vibración de tu adversario. Si no sucediera así, no habría terreno común a partir del cual comenzar la batalla; y simplemente abandonarías al otro completamente.
Como Ángel, tu realidad solamente tenía sentimientos altos y elevados. Había alegría, entusiasmo y una fuerte sensación de conexión. Cuando recorriste el camino de la encarnación, se formó un cuerpo emocional alrededor de tu Alma. Este cuerpo energético contiene respuestas emocionales que surgen cuando no percibes la realidad desde el punto de vista de la unicidad y la conexión. Los sentimientos de los Ángeles tienen su asiento en el corazón. Las emociones que experimentas cuando te encarnas están relacionadas con los tres centros energéticos inferiores (chakras inferiores) que en tu cuerpo están localizados cerca del estómago, el vientre y el coxis. Estos tres chakras forman la escalera a la encarnación: por medio de ellos cambias la experiencia de la unicidad por la experiencia de la dualidad. También por medio de ellos tú subes por la escalera y te elevas desde la dualidad hasta la unicidad. Tu cuerpo emocional representa el mayor obstáculo para la paz y la liberación internas, porque contiene temor, tristeza e ira. Pero la subida hasta la libertad y la iluminación, pasa a través del cuerpo emocional y no por un lado ni alrededor de él. Hablaremos de esto más tarde.
Cuando tu cuerpo emocional se hizo más pesado y más denso; y perdiste la pista de tu origen, surgió la posibilidad de encarnar como un humano. Mientras tanto os habíais convertido en almas que habían viajado ampliamente; os habíais hecho experimentados tanto en los aspectos iluminados de la vida como en los oscuros. Las energías de la dualidad habían tomado control de vosotros, lo cual significa que durante un largo tiempo, habéis creído en las ilusiones que ésta crea. Si vives en dualidad, crees en tu profundo interior que estás solo, temeroso e impotente; y que necesitas algo exterior a ti para protegerte, alimentarte y reconocerte. A partir de esta noción, comienzas a ejercer poder sobre otros y a ocultar tu vulnerabilidad. O puedes hacerte demasiado vulnerable; y ceder tu poder a otro poder que quiere alimentarse de tu energía vital. Ya seas victimario o víctima en este juego, el error fundamental que cometes es que piensas que no puedes experimentar la totalidad dentro de ti mismo. Hay un hueco que quieres llenar, ya sea siendo amo o siendo esclavo. Este juego es muy doloroso, como muchos de vosotros habéis experimentado. En ese distante pasado, hubo un momento en el cual hiciste fuerte consciencia de esto. Éste fue un momento de cambio. Habías experimentado ambos extremos del juego y sabías que no había solución real en ninguno de ellos. Sabías que algo tenía que cambiar, pero no sabías cómo. Te habías alejado muchísimo de la libertad y alegría originales del Ángel dentro de ti. Pero tu cuerpo emocional tenía una memoria, un anhelo del hogar. Sabías que había algo a lo cual querías regresar, algo como el Hogar, un estado de ser que se sentía como un éxtasis celestial para ti. Ahora tu cuerpo emocional se embarcó en una nueva senda. Habiendo explorado los extremos de la dualidad, ahora comenzó a tornar hacia el interior. Este cambio de consciencia creó el impulso para encarnar en la Tierra como humano.
En este punto el Ser Humano ya existía en la Tierra como forma de vida biológica. Sin embargo, cuando entrasteis en esa forma de vida, la añadisteis algo, lo cual hizo al ser humano menos animal y más auto-consciente. La biología humana está relacionada con el reino animal, pero el ser humano fue forjado por poderes que brotaron no solamente de la evolución natural en la Tierra. Lo que separa al hombre del animal es la habilidad de ser auto-consciente. Por medio de esta habilidad el ser humano es capaz de transformar su cuerpo emocional y difundir conscientemente la energía del corazón en la Tierra. Mientras que los reinos no-humanos de la naturaleza irradian inconscientemente la alegría y la conexión de los Ángeles, la misión de la humanidad es transformarla hacia una energía consciente.
Al encarnar en el ser humano como existía entonces en la Tierra, aportasteis algo a su desarrollo; y este aporte ha sido controversial. Por una parte, la auto-consciencia tiene una gran promesa; por otra parte puede hacerte perder el camino. Al convertirte en humano en la Tierra esperabas reconectarte con toda la vida en la Tierra y ser el gentil creador y guardián que una vez fuiste. Ser humano es una rica y complicada realidad. En el ser humano se reúnen muchos aspectos de realidad: tú eres parcialmente animal, planta y mineral; parcialmente un ser cósmico con una larga historia galáctica. Los seres humanos son oscuridad y luz, los perdidos y los salvadores, la causa de sufrimiento y destrucción; y al mismo tiempo mensajeros de esperanza, Amor y poder creativo. En el ser humano convergen muchos poderes con el propósito de reconectarse y cooperar. La consciencia del hombre tiene la posibilidad de conectarse con reinos de ser ampliamente divergentes y restablecer la noción de la unidad subyacente. Por causa de la posibilidad de realizar este bello ideal, a la humanidad se le ha otorgado la oportunidad de cometer graves errores. La meta aún puede ser obtenida. Aún no se ha perdido la esperanza.
En esta era, la esperanza crece como nunca antes. Ocurren grandes cambios en la consciencia colectiva del hombre. Acabo de referirme a un momento en el pasado en el cual os disteis cuenta de que vuestra salvación podría no provenir del juego de robar o ceder energía, sino que la solución reside en encontrar la totalidad en el interior. Este discernimiento germina ahora en la consciencia de la humanidad. Es solamente una semilla, aún no es una planta. Pero un cambio está próximo y algo está despertando en el corazón de la humanidad. El corazón es la fuerza conectora entre los muchos reinos de consciencia representados en el hombre: el terrenal, el galáctico y el cósmico. El llamado a la paz y a la hermandad resuena ahora por todos estos reinos; y esta llamada colectiva crea una ola que a mí, la Tierra, me sumerge en ella.
Si te sientes tocado por mis palabras; y te reconoces en ellas, tú eres uno de quienes han atendido este llamado del corazón. Tú eres alguien que quiere contribuír a la transformación de la consciencia en la Tierra. Te doy la bienvenida y quiero ayudarte. Te estoy contando esta larga historia para hacerte consciente de quién eres realmente: Un Ángel en el núcleo de tu ser. Tu creciente auto-consciencia me ayuda. Si recuerdas quién eres, podemos tener de nuevo una sociedad.
Yo veo tu anhelo, siento tu nostalgia del hogar. Te veo tratando de alcanzar el gozoso y despreocupado estado que una vez fue tan familiar para ti, por una parte; y aún así ahora tan distante y lejano, por la otra. Ahora es tiempo de retornar a quien eres. Es el momento de trepar por esa escalera y abrazar con tu corazón a tu cuerpo emocional. Rodea tu dolor, tu sensación de pesadez, tu tristeza, con tu consciencia angélica de bondad y compasión, que es natural en ti. Tú mismo puedes sanarte.
Ahora te estás convirtiendo en un Ángel que es capaz de sostener su Luz en el más denso reino de realidad. Te estás convirtiendo en un creador consciente, que ha aprendido a manifestarse en reinos tanto de Luz como de oscuridad, sin perderse en ellos. Portas una semilla de consciencia que es transformadora para tu ambiente. Te estás convirtiendo en un profesor espiritual. Un profesor espiritual no es alguien que baje de los reinos superiores a explicar a los ignorantes en qué consiste la vida. Un verdadero profesor ha pasado él mismo por la oscuridad; y te extiende la mano, no desde arriba, sino desde una unidad interna profundamente sentida.
La aventura que comenzaste una vez como Ángel creativo está cercana a su fin. Especialmente en este capítulo final de tu viaje, estás invitado a reconectarte conmigo, la forma de vida en la cual tu experimento tuvo lugar. Permítete viajar en tu imaginación, convertirte en el soñador y visionario que una vez fuiste. Posee la grandeza de lo que quiere manifestarse en la Tierra a través de ti. Conviértete otra vez en el Ángel que confía graciosamente en la magia de la vida. Permítete ser guiado por lo que te da alegría e inspiración. El ángel dentro de ti sólo quiere volverse completamente humano. Sintiéndote uno con el Ángel interior, traes a la Tierra una parte del Cielo.

Tradujo: Jairo Rodríguez R.

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