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viernes, 5 de agosto de 2011

El Modo de Ser del Trabajador de Luz

Yeshua canalizado por Pamela Kribbe
Agosto 3 de 2011


Recibido de: Jairo Rodriguez R.
Publica: fuente-divina.blogspot.com

Queridos amigos:
Yo soy Yeshua. Os saludo a todos hoy; y estoy estrechamente conectado con vosotros desde mi corazón. Nosotros estamos profundamente relacionados; y hay un nivel en el cual somos uno. El Uno, la consciencia indivisa que nos unifica, puede ser sentida como una energía de libertad, creatividad, bondad y alegría. Éste es vuestro verdadero origen y Hogar. Ahora estáis manifestados en forma corporal, localizados en el tiempo y en el espacio, pero hay mucho más en lo que sois. Ahora te pido sentir esta gran consciencia ilimitada de la que eres parte. Siente a Dios en el interior y siente cuán simple es esta energía. Dios no está en la cúspide de alguna jerarquía, mirándote desde arriba. Dios es el flujo de energía que corre a través de todo: a través de ti, a través de todos los seres vivientes de la Tierra; e incluso a través de las cosas que parecen inanimadas en vuestro ambiente material. Dios está en todas partes.
Dios no es limitado por las formas. Dios es consciencia pura, creativa, conectándose con las formas materiales en el tiempo y el espacio para experimentar la vida en una miríada de maneras. Ahora siente quién eres tú en este gran flujo Divino: una chispa de Luz dentro de un océano de consciencia viviente, pero una chispa indestructible que ofrece una contribución única al total. Siente la fuerza indestructible dentro de ti, está allí por siempre. Tú eres parte de Dios.
Tu consciencia es divinamente creativa. Tú elegiste tu senda de vida y tus experiencias. Aún cuando frecuentemente no lo sientes así como humano, en tu profundo interior hay una fuerza creativa que designa ciertos sucesos claves en tu vida y atrae las experiencias por las que quieres pasar para entender, crecer y expandirte. Esencialmente, nunca eres víctima de este mundo. En el núcleo de quien eres, nunca estás verdaderamente impotente ni desolado. Porque en ese núcleo está la chispa de Dios que dice "sí" a las experiencias por las que pasas en forma corporal; y que sabe que eres capaz de aprender de ellas para que tu consciencia se haga aún más amplia y más compasiva.
Abraza este poder creativo interior, que atrajo a tu vida lo que estás experimentando ahora. Abraza tu vida con todas las subidas y bajadas. Tú tienes el poder de vivirla bien. La más grande satisfacción que tendrás será cuando recuerdes quién eres mientras estás en la forma, atrapado en las exigencias y desafíos de la vida en la Tierra. Recordar quién eres permite que la chispa de Luz Divina se conecte completamente con tu yo Humano. Rendirte ante esta chispa interior de ilimitada Luz creativa, cambiará tu vida y cambiará también la vida de otras personas.
Tú, que estás leyendo esto; y que te sientes atraído a la energía Crística, eres alguien que anhela hacer brillar su Luz hacia el mundo exterior. Anhelas manifestarte como Trabajador de Luz, lo cual significa que sientes el deseo de esparcir la Luz y elevar la consciencia en la Tierra. Tu pasión es pura y real; proviene del núcleo de quien eres, de tu Alma. Es la chispa de Dios en tu interior la que te conduce a este deseo, porque para Dios es natural querer compartir alegría, Luz y compasión. ¡Siempre que te sientes feliz expresando quién eres realmente, también estás sintiendo la felicidad de Dios, porque Dios y tú sois uno en el corazón!
A menudo te preguntas en qué consiste realmente el trabajo de Luz. ¿Qué significa difundir Luz, u ofrecer Sanación a otras personas? Ésta es una pregunta que me gustaría abocar hoy. Primero que todo, necesitamos dar una mirada más cuidadosa a la relación entre personas cuando una está ayudando a otra. Me gustaría señalar que algo extraño está pasando con la distinción entre saludable y enfermo, o entre íntegro y deshecho, como se acostumbra en vuestra sociedad. Cuando vas al médico con un problema de salud, tú eres "una persona enferma que necesita tratamiento". Se supone que los médicos saben algo que tú no sabes. Ellos son los expertos; y fácilmente tienes el sentimiento de que tu salud está en sus manos. No es muy diferente cuando sufres problemas mentales o emocionales. Si la persona ve a un terapeuta, psicólogo o sanador, silenciosamente presume que estos expertos tienen algún conocimiento o habilidad superior que puede ayudarle a resolver sus problemas. Pero la verdadera naturaleza de la relación entre paciente y médico, entre cliente y terapeuta, es definida, algo sucede en la auto-percepción de ambas partes involucradas.
Al encuadrar esta relación en términos de que uno tiene más conocimiento y discernimiento que el otro, ello sugiere que el cliente necesita al terapeuta/sanador/médico para recibir algo de lo que aquél carece y no puede suministrárselo por sí mismo. Se asume que el terapeuta está completo y saludable, ofreciendo Luz y Sanación a quien está enfermo y/o descompuesto. Desde este punto de vista, el terapeuta o sanador está más adelante que el paciente; y posee algo que aquél no tiene y le pone a disposición este conocimiento o habilidad.
Desde una perspectiva espiritual, este punto de vista es falso y distorsionado. Inmediatamente te hace comenzar con el pie equivocado. Sin embargo, está profundamente insertado en vuestra sociedad, tanto en el cuidado de la salud física como mental. Date cuenta de cuán fácil es sentirte más pequeño que la persona a la que estás viendo para consejo médico o espiritual. Tú eres el del problema; ellos son los que tienen la solución. Es una trampa común para las personas que ayudan a otras diariamente, identificarse tanto con su papel de ayuda, que no pueden dejar ir este rol. Ellos se definen según este rol; y esto los hace dependientes de sus clientes o pacientes, tal como es en el otro sentido. El cliente puede sentir que necesita la ayuda para curarse o sanarse, pero el que ayuda, también necesita al cliente para sostener su imagen de ser el que ayuda: la persona mayor conocedora, deseosa de compartir sus logros con los que lo necesitan. Es fácil que surjan relaciones desequilibradas, cuyo centro está en torno del poder y la dependencia.
El trabajo de Luz es algo muy diferente. Para entender en qué consiste el trabajo de Luz o Sanación espiritual, necesitas dejar ir la imagen tradicional del "terapeuta ayudando al cliente" o el "médico curando al paciente". Necesitas abandonar la idea misma de que ayudar tiene que ver con dar algo a alguien más. La noción misma de que la otra persona carece de algo va en detrimento del proceso de Sanación. La verdad es que la única manera de ayudar a alguien es hacerlo consciente de su propio poder y habilidad para sanarse. El distintivo de un buen profesor, es que se hace pequeño en lugar de grande. Los verdaderos profesores te invitan a recuperar tu poder interno y no caen en la sugerencia de que eres pequeño, necesitado y dependiente de alguien más. Los verdaderos profesores nunca se presentan como autoridades. Es una cosa tonta hacerlo así. El verdadero don de un sanador es hacer consciente a la otra persona de su propia autoridad interna, del hecho de que es una chispa de Dios y tiene disponible todo el conocimiento que necesita.
La verdadera Sanación es muy simple. No requiere métodos ni conocimiento elaborados. Estoy hablando aquí de Sanación para el Alma. Por supuesto, los problemas físicos pueden necesitar ser atendidos por expertos médicos que tienen conocimientos y habilidades muy específicos. La Sanación que afecta al Alma, sin embargo, es muy simple. Si vas hasta la raíz esencial de los problemas tanto físicos como mentales en las personas, de alguna manera encontrarás la creencia de que son impotentes, indignas, que es imposible que sean amadas, están solitarias y condenadas.
La causa raíz es que la persona se siente desconectada de su verdadero ser, la chispa de Luz Divina que realmente es. Ofrecer Sanación a la persona es abrir su memoria del Hogar, recordarle su belleza, fortaleza e inocencia perfectas.
¿Cómo lo haces? Primero que todo, no hay método ni medicina fijos. No es un procedimiento mecánico. Es una transmisión de energías que puede suceder en una variedad de maneras. Regresaré a esto. Segundo, nadie se sana a menos que decida abrirse a la Sanación. No puedes forzar la Sanación sobre nadie. Es su decisión. De hecho, la Sanación real es algo milagroso: es el nacimiento de una nueva consciencia en el Alma. Es su creación y no puede preverse. En la vida de cada uno hay momentos en los cuales encara la elección entre la oscuridad y la Luz. La oscuridad representa rendirse al auto-juzgamiento, auto-odio, pensamiento negativo y temor. La Luz representa abrirse a la bondad, el perdón, la alegría y la abundancia, que son la verdadera marca de la Divinidad. Depende de ti elegir. Incluso si el Ángel más bello te está invitando a dejar ir el pasado y entrar en el reino de Dios, lo cual significa fundirte de nuevo con la chispa de Luz que eres, depende de ti decidir. Si aún estás inmerso en profundas imágenes negativas de ti mismo o de otras personas, si eres esclavo del miedo y la ira, quizá ni siquiera notes la presencia de Ángel. En verdad, el Ángel de la Sanación está siempre cerca de ti. Es tu Yo Superior o verdadero, tu Divinidad tratando de recordarte quién eres. Algunas veces en tu vida, te encuentras con personas que desempeñan por un tiempo el papel de Ángel sanador. Ellas incluso pueden no ser conscientes de ello, pero te recuerdan quién eres realmente. A propósito, cuando ellos te escuchan o te hablan, repentinamente entra en tu consciencia una chispa de tu verdadero yo y te sientes alegre e inspirado después de haber estado con ellos. Esto puede inspirarte a decidirte por la Luz, a tomar decisiones en tu vida que sirven a tu Yo Superior, tu verdadera pasión y Amor por la vida. La presencia del Ángel puede servir como un recordatorio; y puede ser la clave para cambiar tu vida, pero incluso entonces, es tu decisión confiar y dar el salto de la fe. ¡Solamente tú puedes hacer que ocurra en milagro!
Probablemente te hayas encontrado Ángeles de Sanación en tu vida; y probablemente tú hayas sido un Ángel de Sanación para otros en varias ocasiones, incluso si no lo sabías. Mi punto aquí, es que en eso consiste el trabajo de Luz. No se trata de curar o mejorar a las personas, no se trata de ofrecerles soluciones para sus problemas. No se trata de enseñarles ciertas habilidades, ni conocimientos, ni reglas éticas. Todas estas acciones presuponen que carecen de algo, que son pequeñas y desvalidas. La Sanación espiritual pone al revés esta imagen. Lo que ofreces a alguien, si quieres ofrecer Sanación espiritual, es realmente un cambio de percepción. En lugar de enfocarte en sus problemas y sus asuntos y sus sentimientos de desempoderamiento, te enfocas en su esencia, en su totalidad, en su radiante belleza. Si hay algo para dar por parte del sanador espiritual, es el regalo de la verdadera visión. Si eres capaz de mirar más allá del dolor, la ira, el temor y el comportamiento auto-destructivo de alguien; y ver en su rostro al Ángel de Luz, le ofreces algo sumamente precioso. Al ver su verdadera esencia, la estás invocando gentilmente e invitándola a responder el llamado. Percibir el verdadero poder y la Luz interior de alguien más, incluso si no los muestra en la superficie, es como llamar a alguien por su verdadero nombre. Nada es tan poderoso como que te llamen por tu verdadero nombre.
Lo que yo hice cuando realicé las así llamadas curaciones milagrosas en mi vida en la Tierra como Jesús, fue que entré en contacto con la esencia Divina de alguien. Al ver y sentir la chispa de lo Divino en alguien, ésta se despertaba; y era su Divina esencia la que realizaba la Sanación, no Yo. Era su auto-remembranza la que restauraba la salud mental e incluso física en ellos. No siempre semejantes reuniones resultaban en Sanación, porque siempre dependía de si la otra persona decidía abrirse a la Sanación. En ellos estaba el milagro; y es importante recordar esto siempre que trabajéis con personas con el propósito de Sanación espiritual.
Todas las sanaciones espirituales provienen del interior. Como Trabajador de Luz no estás sanando a nadie. Estás creando un espacio de apertura, de ser sin juicio, el cual invita a la otra persona a mirarse con apertura y compasión. En lugar de tratar de resolver algún problema en el exterior, te estás conectando con el Alma de la otra persona y estás sosteniendo una visión de confianza y claridad para ella. Ésta es la manera del Trabajador de Luz. Estás tratando de devolverle a la otra persona su grandeza, en lugar de enfocarte en su pequeñez. Trabajar con alguien en el nivel del Alma significa que le muestras su responsabilidad de su propia vida. Por causa de que haces esto amorosamente y sin juicios, esta responsabilidad no se sentirá como una carga. Se sentirá empoderante y liberador asumir la responsabilidad. Al creer realmente en los poderes creativos de la otra persona, le reflejas su propia fortaleza a través de tus ojos y tus palabras. Enfocándote en lo que es íntegro e impoluto en ella, tú lo refuerzas.
Solamente puedes hacer esto si verdaderamente lo crees. Si en algún nivel dudas de que lo puede hacer, afirmas su sentido de debilidad en lugar de invocar su fortaleza. Eres más poderoso como sanador si confías completamente en la habilidad de la otra persona para resolver los problemas y abandonar cualquier noción de ser dependiente de ti. Muchos de vosotros sentís que devolverle la responsabilidad a las personas de esta manera, significa abandonarlas o decirles que resuelvan el problema por sí mismas. Sin embargo, liberar todos los vínculos de dependencia no significa que ya no estés allí para ellas. Aún estás allí, sosteniendo su fe en su verdadera fortaleza y poder interno, estimulándolas para ir más allá de sus limitaciones auto-impuestas y ser todo lo que pueden ser. Será su elección lo que hagan con el espacio de Sanación que tú les ofreces.
Yo sé que para muchos de vosotros es muy difícil ver sufrir a otras personas, especialmente si son seres queridos. Puede parecer imposible dejar de "ayudarles", dejar ir y poner vuestra energía en otra parte. Pero por favor, dedicad un momento a considerar si realmente les estáis ayudando aferrándolas. Si para sentirse bien dependen de tu energía o bondad y apoyo: ¿Cómo encararán siquiera su propia carencia de bondad y apoyo hacia sí mismas? Desde el nivel del Alma, tú puedes estar reforzando su debilidad en lugar de despertar su verdadero poder interno. Esto os afecta negativamente a ambos.
Ser Trabajador de Luz o sanador espiritual significa que buscas conectarte con alguien de Alma a Alma. En el nivel del Alma todos los seres son iguales y ninguno está por delante de otro. Todos sois chispas de la entidad Divina que llamáis Dios. En el nivel humano puede parecer que una persona es más conocedora, evolucionada o sabia que otra persona. Sin embargo, si lo miras desde la perspectiva del Alma, esta clase de juicio se hace obsoleta. Todas las Almas están viajando por el Universo infinito y pasan por varios ciclos de experiencia y crecimiento. Puede ser que estés ayudando a alguien que esté sufriendo de desequilibrio emocional severo debido a circunstancias muy difíciles que ha encontrado en su vida. Tú puedes ser quien ofrece asistencia en este punto del tiempo. Pero después, una vez que el sufriente ha recuperado su fortaleza, él puede convertirse en tu profesor y mostrarte sabiduría y compasión tan profundas que te dejarán asombrado.
Para ofrecer Sanación espiritual o para ser un Trabajador de Luz, es importante recordar siempre que en el nivel del Alma eres igual a la otra persona. Es esencial que reconozcas tu propia humanidad y que realmente estés en el mismo barco con la otra persona. Puedes estar sosteniendo un espacio de Luz y compasión para alguna persona, pero esto no te hace diferente de ella, en el sentido de 'ser superior' o 'estar por encima' de ella. No te identifiques con ser un Trabajador de Luz. Si te sientes atraído a ayudar a las personas descubriendo su verdadero poder interno, sigue tu pasión y haz cualquier cosa que te guste hacer. El trabajo de Luz puede tomar todas clases de formas; ciertamente no está limitado a ofrecer terapias. Generalmente, si haces lo que realmente te gusta, verás que inspiras a otros a hacer lo mismo. Ser uno con la chispa de Dios en tu corazón, te conducirá naturalmente al tipo correcto de trabajo, o relación, o lugar dónde vivir. Vivir desde el corazón es realmente muy simple. Se trata de conectarte con los deseos de tu corazón, tu verdadera alegría; y atreverte a actuar según ellos. Hacer esto te convertirá en un Trabajador de Luz y no necesariamente porque estés "ayudando a otras personas". Es porque traes al mundo la canción única de tu Alma que inspiras a otras personas a creer también en sí mismas y a sacar lo mejor de sí mismas. La Luz irradia naturalmente hacia fuera. No tienes que enfocarte en la cuestión de cómo difundir la Luz en el mundo. No trates de ser bueno y útil. Trata de vivir de acuerdo con tu naturaleza divina única; y el mundo será un mejor lugar por causa de ello.

Tradujo: Jairo Rodríguez R.
http://www.jairorodriguezr.com/

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